El presupuesto: el primer paso para elaborar el plan de la conferencia es establecer un presupuesto. Este debe incluir la contratación del espacio, los gastos de catering y decoración y los honorarios de los ponentes.
El lugar: debe ser amplio, sereno y acogedor. Un sitio tranquilo, rodeado de árboles, viñas, jardines o situado en medio de un bosque es la mejor opción. Tanto si el evento tiene un perfil académico como corporativo, la convivencia entre los asistentes facilitará el intercambio de ideas y de conocimientos.
La duración: en función del número de asistentes que vayan a acudir a la conferencia y del número de ponentes que vayan a participar, hay que determinar una duración. Se recomiendan dos días completos de celebración para una conferencia de de 250 a 300 personas (esto es un baremo que se aplica a nivel internacional).
Los ponentes: una vez creado el título de la conferencia y definidos los diferentes temas que se van a tratar, hay que encontrar expertos influyentes con capacidad de oratoria. Las reuniones previas con los ponentes son fundamentales para organizar el programa, coordinar los tiempos de las presentaciones y transmitir al público el mensaje deseado.
Los asistentes: la agenda del evento debe planificarse con cuatro meses de antelación. Los temas y las actividades alternativas, como conciertos, talleres y actividades en la naturaleza, deben estar dirigidos al público objetivo de la conferencia.